Ingredientes para 12 personas.
- 150 gr. de harina de repostería.
- 15 gr. de azúcar blanquilla.
- 100 gr. de mantequilla.
- 125 ml. de agua.
- 125 ml. de leche.
- 4 huevos pequeños batidos.
- 250 ml. de miel de castaño.
- Abundante aceite de oliva suave para freír.
Preparación.
Echar la miel en un cazo ancho y calentar a fuego medio hasta que rompa a hervir. Bajar a fuego muy lento y remover con una cuchara de madera hasta que deje hervir. Volver a subir á fuego medio para que cueza de nuevo y repetir la operación hasta que entre en ebullición un total de 3 veces. Retirar la miel del fuego y reservarla caliente al baño María. Por otro lado, echar en una cazuela alta el agua, la leche, la mantequilla y calentar a fuego medio. Cuando rompa a hervir, echar la harina junto con el azúcar blanquilla, mover con una cuchara de madera, retirar del fuego y enfriar 15 minutos a temperatura ambiente. Pasado este tiempo, calentar a fuego muy lento y remover con cuchara de madera durante 5 minutos, hasta obtener una bola lisa y brillante. Retirar del fuego, añadir los huevos batidos poco a poco, mientras removemos con la cuchara de madera realizando movimientos envolventes, hasta obtener una pasta homogénea. Echar la pasta que acabamos de preparar en un bol y calentar en una sartén honda el aceite de oliva suave a fuego medio durante 5 minutos. Bajar a fuego lento, ir echando cucharadas de masa separadas unas de otras, al aceite no demasiado caliente y freír los cagajones, moviéndolos continuamente con una araña o una espumadera, durante 5 minutos hasta que estén dorados por fuera y huecos por dentro. Sacarlos del aceite escurriéndolos bien, reposar un minuto sobre papel absorbente, bañarlos generosamente con la miel y servirlos en una fuente en el centro de la mesa.